Tengo una buena idea, ¿cómo la vendo? Bueno, lo principal ya lo tienes que es una buena idea y ganas de emprender, ahora viene la parte más clave, saber comunicarla y trasmitirle esa buena idea a la gente que va a pagarla, ya sean inversores o clientes. Recuerda que una magnífica idea puede ser un fiasco comercial, y una idea normalita puede llegar a ser un negocio magnífico. Debes convencer a quien te escucha de que eres capaz de resolver una demanda que el mercado está dispuesto a pagar.
Yo soy de los que piensan que sería más útil que en lugar de dar una cantidad económica a una Start Up se le aportara que un equipo de profesionales de diferentes ámbitos para que ayudase a esa nueva empresa a encontrar financiación y a enseñarle a vender su producto al mercado.
Ya puedes tener la mejor idea del mundo y el mejor proyecto que, si no sabes comunicarlo, de nada te servirá. Independientemente de lo complicado o la especialización de tu negocio, céntrate en hacer ver que es lo que tu idea va a solucionar o qué necesidad va a cubrir que en el mercado no se encuentra, qué beneficio va a sacar el inversor si decide apostar por tu idea, qué planes alternativos tienes preparados por si no se cumplen los objetivos…
Olvídate de lo tradicional, de planes de empresa en anillas, los planes de viabilidad grapados o con espirales ya no venden. Tu puesta en escena, tu presentación o tu interlocución personal tiene que sorprender para que te presten la atención que tu idea merece. También tiene que ser clara, directa y sencilla y no muy extensa en el tiempo.
El inversor no está interesado en tu posible éxito a corto plazo. Debes comunicar cuál es tu estrategia a largo plazo y si esa idea puede crecer en el tiempo y adaptarse a la evolución del mercado y de los clientes. Explica cómo te vas a anticipar a las posibles necesidades de tus clientes y argumenta cómo conseguirás los recursos necesarios para ejecutar realmente tu idea.
Lo primero es hacer un trabajo de reflexión por eso, antes de vender tu iniciativa, piensa qué venderás, a quién le interesará, quién es tu público objetivo y qué es lo mejor y más novedoso de tu proyecto. Si tú mismo te convences de las ventajas del mismo, te será más fácil vendérselo a alguien. Es importante mostrarte entusiasmado al hablar de tus planes ya que así podrás contagiar tu optimismo, además, nunca sabes quién podrá financiártelos. A su vez, recomiendan ser sincero con quien nos financiará la iniciativa. Es aconsejable presentar tu idea dentro de varios escenarios posibles, un escenario optimista, pesimista y realista. De esa forma, te mostrarás como una persona honesta y creíble.
Investiga los productos potencialmente competitivos, de forma que puedas resaltar todos los aspectos en los que, tu idea o producto, es mejor que el de la competencia. No importa cuán innovadora sea la idea que estás vendiendo, hay muchas probabilidades de que ya exista un producto similar en el mercado.
No hay que desanimarse. Hay numerosos ejemplos de inventores y empresarios de éxito que en sus inicios no lograron apoyo. Si uno está convencido de que su idea es buena y tiene un proyecto viable, merece la pena continuar y esforzarse por vender la idea con medios y tácticas cada vez mejores y más modernos hasta encontrar un inversor.